El inquisidor Glokta, convertido en un cínico tullido tras su paso por las cárceles de los enemigos de la Unión, es ahora a su vez un eficaz torturador capaz de extraer cualquier información de un criminal o de quien decidan sus superiores…
El capitán Jezal dan Luthar no ha hecho en su vida nada más peligroso que desplumar a sus amigos jugando a las cartas y soñar con la gloria de vencer en el certamen de esgrima. Pero se está fraguando una guerra, y en los campos de batalla del Norte la lucha se rige por normas mucho más sangrientas…
Logen Nuevededos, infame bárbaro de pasado sangriento, acaba de perder a sus amigos y está decidido a abandonar sus tierras y dirigirse al sur, pero los espíritus le advierten que le busca un Mago de los Viejos Tiempos…
Sus historias se entrelazan en una fantasía negra repleta de acción y personajes memorables.
Desde luego esta es una gran historia de fantasía medieval para adultos, o «fantasía sucia», como leí en una reseña en internet hace no mucho.
Abercombie parece coger el género fantástico y darle la vuelta, más cerca de Martin que de Tolkien, pero distinto, creando un mundo violento lleno de gente atormentada, donde rasgos como la generosidad, la piedad o la bondad, aunque existen, no son más que errores que no se deben cometer si quieres sobrevivir. Destaca mucho la marcada personalidad de cada personaje (aunque creo que se pasa de trágico con muchos de ellos); y los giros que pueden llegar a dar, sobre todo en la última parte de la historia, tal vez descoloquen a más de uno.
Destacaré dos puntos:
Primero, las batallas. Sean grandes y épicas o pequeñas emboscadas, estan descritas con un detalle cinematográfico, puedes visualizar perfectamente la trayectoria de una flecha, el punto donde se clava, hacia donde se parte un hueso golpeado y cuánta sangre salpica. Muy detallistas y muy muy violentas.
Y segundo, los personajes. Alguno que cambia drásticamente como Jezal. Una muy traumatizada Ferro, que por muy mala suerte que tuviera en la vida no le vendría mal sonreir alguna vez. El tullido Glokta, que por mucho que lo niegue aun tiene algún que otro sentimiento, torturado y dolorido como él, pero lo tiene. El grandioso Bayaz, del que no voy a hablar poque estoy muy enfadada con él y no os quiero spoilear. Secundarios como West, la única persona medianamente íntegra en toda la historia, o los bárbaros norteños como Sabueso, Tresárboles, Hosco o Tul, brutos pero entrañables. Y el mejor, Logen. Un bárbaro violento que todo lo ha hecho mal y sólo quiere ser mejor persona, un Jekyll al que cuando se le cruzan los cables le sale un Hyde-psicópata-asesino con complejo de dios, sin duda fruto de una enfermedad mental congénita junto a un trauma infantil muy pero que muy chungo. Todos maravillosos e increiblemente desarrollados, con un lado muy oscuro, a los que acabas cogiendo cariño.
Nos remata con un final inesperado en el que enlazan perfectamente todas las piezas que parecían sueltas en las dos primeras novelas. Aunque es un final amargo (reconozco que prefiero los finales felices, pero bueno), que nos deja bien claras tres cosas: Que hay que ser realista, pues las cosas son lo que son, y punto. Que el fin justifica los medios, como deja muy claro Bayaz. Y que a veces hay cosas peores que volver al barro.
Ahora a seguir con La mejor venganza, Los héroes y Tierras Rojas, que aunque sean independientes continúan en el mismo mundo y parecen querer contarnos qué les ocurrió a alguno de los supervivientes de esta gran historia.
Reina de Rohan 